1 junio, 2023

Aquellos 24 de Marzo

Una aproximación al contexto histórico, social y cultural de aquel funesto 24 de marzo de 1976.

(Primera Parte)
Dedicado a Gisela, Cielo Agostina y Cinthia Libertad, para que no olviden…

Teniendo en cuenta la proximidad del 24 de Marzo, intentaré hacer entregas –espero que sean semanales- sobre esta fecha y como se fueron viviendo en nuestro Pago Chico y la “periferia campanense” (me tomo la licencia y el revanchismo del chiste que le gustaba hacer a Tito Baggio y Miguel Di Fino, cuando, conociendo mi procedencia zaratoca, decían que nosotros los zarateños, somos la periferia de Campana); para intentar ilustrar cuestiones cotidianas, obviamente, totalmente trastocadas por el Golpe y el posterior genocidio provocado por el “Proceso de Reorganización Nacional”, al que algunxs todavía añoran y reivindican… lamentablemente…

Saldrá, este primer envío con el contexto nacional y algunas características del mismo, para que en las próximas entregas nos adentremos por estos pagos… ¿les parece?

Nota: las entregas estarán basadas en los libros “Sobre ausencias y exilios”; “De Solitarios Sueños y Utopías Truncas”; algún que otro libro de Miguel y entrevistas (muchas de ellas inéditas) a algunas personalidades destacadas de esos tiempos…

Espero que todo salga bien…

“(…) Y es ahí, donde mengua, a veces se calma, pero persiste ese lugar que ha sido (es) el lugar (los lugares) desde donde se mantiene y reconstruye la memoria de una comunidad que parece suponer que los desaparecidos no son de acá, que los exiliados tampoco lo fueron y que una placa para difuntos o el seguir mirando solo para el lado de una “isla” pujante, patentizada en empresas y proyectos, son el sino, el destino único y la razón de ser excluyente para considerarse personas, pueblo, comunidad, sociedad, gente…

Es probable.

Tan probable como que la memoria colectiva rompe en olas espumosas que se diluyen, socavan, penetran y en su eterno reflujo, vuelven a ese mar-océano que nos rodea, nos contiene, nos trasciende y también eterniza…”

Miguel Antonio Di Fino – 26/08/1999

«No me importa de que ismo, ¡me cago en el Totalitarismo,

y en el Imperialismo y en el Colonialismo!

Los chicos van cayendo y yo lo voy sintiendo:

manos duras que matan, manos finas que mandan matar»

(Fragmento de «En este mismo instante» por Pedro y Pablo)

«Pensé que se trataba de cieguitos, anteojos negros usaban los seis.

Al llegar me dijeron:-Buenas noches, ¿dónde trabaja, dónde vive, usted quién es?

Acto seguido me invitaron a subir al Ford»

(Fragmento de «Pensé que se trataba de cieguitos» por Los Twist)

Para 1976 y con insistencia, se trató de aniquilar por todos los medios posibles cualquier expresión racional e independiente, condicionando por todos los medios, ya sea desde la escuela o los medios de comunicación, la enseñanza de ideales y símbolos que se “identifican” con el régimen. Así lo explica la CONADEP en su Informe Nunca Más 

“[…]  iba arraigándose la idea de la desproporción, el oscuro temor de que cualquiera, por inocente que fuese, pudiese caer en aquella infinita caza de brujas, apoderándose de unos el miedo sobrecogedor y de otros una tendencia consciente o inconsciente a justificar el horror: “por algo será”, se murmuraba en voz baja, como queriendo así propiciar a los terribles e inescrutables dioses, mirando como apestados a los hijos o padres del desaparecido. Sentimientos, sin embargo, vacilantes, porque se sabía de tantos que habían sido tragados por aquel abismo sin fondo sin ser culpables de nada; porque la lucha contra los subversivos, […] se había convertido en una represión demencialmente generalizada, porque el epíteto de subversivo tenía un alcance tan vasto como imprevisible. […] Todo era posible; desde gente que propiciaba la revolución social hasta adolescentes sensibles que iban a las villas miseria para ayudar a sus moradores. Todos caían en la redada: dirigentes sindicales […] miembros de un centro estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos, sociólogos […] jóvenes pacifistas, monjas y sacerdotes […] Y amigos de cualquiera de ellos, y amigos de esos amigos, gente que había sido denunciada por venganza personal y por secuestrados bajo tortura. Todos, en su mayoría inocentes de terrorismo o siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de la guerrilla, porque éstos presentaban batalla y morían en el enfrentamiento o se suicidaban antes de entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los represores”. (1)

Uno de los objetivos primordiales que perseguían los militares desde su instalación en el poder fue el neutralizar a la juventud, ganar su apoyo para la causa del Proceso, y en caso de que éstos no se adecuaran a las pautas ideológicas, se aplicaban distintos «métodos preventivos», que iban desde la marginación social y psicológica, para pasar posteriormente desde el asesinato a la desaparición, con el objetivo de eliminarlos. Para los militares la juventud se había vuelto contestataria y rebelde, se había transformado en una generación perdida, y el sólo hecho de ser joven se convertía en algo peligroso.

Pero al mismo tiempo y pensando en un largo plazo, el gobierno empieza a desarrollar una estrategia encarada a convertir a los jóvenes, en especial los que cursan el secundario, ya que es este sector el que promedia el millón de habitantes; serían el futuro que sustentaría al régimen y que los llevaría al camino de la conquista total de la juventud.

Para ello no se limitan a cambiar los planes de estudio, sino que ponen en marcha un plan más vasto que combina la represión y el terror con la adulonería y el paternalismo. De esta manera se llegan a “reformular ciertas materias a las que consideraban peligrosas y nocivas” por su contenido para la juventud, como por ejemplo Educación Cívica, que pasó a denominarse Formación Moral y Cívica, en donde se formulan preceptos acordes con la ideología del régimen, afirmando que la política solo es para aquellas personas que “tienen una serie de cualidades naturales, experiencias en la conducción del hombre, serenidad y una inalterable rectitud moral y en donde la familia ”, según los libros de Formación Moral y Cívica del Dr. Kerchichian, quien propone como modelo de “la familia cristiana”, haciendo hincapié en la buena formación de ésta y su efectividad para producir personas moralmente sanas al punto de ser pensada como naturalmente buena y universal. Se trata de un procedimiento de naturalización y universalización; así se expone las “Funciones de la familia moderna” incluyendo la función de ser “Educadora en la Fe”, es decir “la enseñanza y practica del Cristianismo”. Esto “hará a los padres los primeros educadores de la fe y entrenadores en el ejercicio de la virtud, como una cosa viva. Ello, supone el destierro de todo sentimentalismo vago, así como de supersticiones y aspectos míticos”

Se los propongo como ejercicio, busquen los viejos libros del Dr. Kerchichian y vean que encuentran…

En otras palabras es decir: deja las riendas del país en personas preparadas para tal fin, en los que saben y en los elegidos por los grandes grupos dirigentes-en este período, todas aquellas personas ligadas al sector castrense-,porque “la política no es para vos”; inclusive se llegó a que los directores de escuela “aconsejarán” a los docentes de Matemática no dar la teoría de conjuntos, por considerársela marxista y, por ende, peligrosa; así, eran esas actitudes reformistas y censoras la forma de poner en marcha un plan más vasto que combina la represión y el terror con la adulonería y el paternalismo.

En el accionar del Ministerio de Educación en el período 1976-1983 se advierte la preocupación por actuar sobre el estudiantado para que incorporen en su etapa formativa, la escala de valores y visión del régimen, organizando un régimen de disciplina de alto rigor e intolerancia, llenado los establecimientos de circulares, folletos -uno de los más conocidos era el llamado «Subversión en el ámbito educativo. Conozcamos a nuestro enemigo»,  que contaba con todo tipo de recomendaciones y órdenes para sanciones disciplinarias, llegando a prohibir las cosas más insólitas como por ejemplo “el uso del jean y teniendo que llevar los varones el pelo muy corto y las mujeres prolijamente atado”. Esta postura respondía a todo un proyecto político y educativo; por tal razón el control de las FFAA sobre la educación llegaba a los docentes, los cuales en varias oportunidades eran citados a las dependencias militares.

Otra actitud de violencia, pero sin sangre, e impuesta en esos días, era la ejercida por los “formadores de la opinión pública”, que tratan de imponer una ideología anti intelectualista, irracional y de mitos que pertenecen al poder del país, como por ejemplo, en nuestro país se aplicó con el Mundial de Fútbol de 1978, a semejanza de las Olimpíadas de Munich de 1936. El totalitarismo y la mentalidad autoritaria silencian todo análisis crítico y toda información que pueda interferir en el dominio que ejercen sobre el pueblo. Esa actitud trata de sumar al sometimiento sustentado en la organización familiar y moral, el silencio sobre algunos aspectos de lo que ocurre en otras áreas del mundo, o las verdaderas repercusiones mundiales de lo que ocurre en el país, y que generalmente retrataba la prensa internacional, y que aquí era vista como una “campaña antiargentina”. Ésta es otra de las violencias que se suman a la tortura, ya que lleva en sí el deseo de que la población acepte, como algo natural y con indiferencia (llegado el caso) la violencia física y psíquica, ejercida contra los disidentes del sistema.

Mientras ocurrían estas acciones de persecución y exterminio de dirigentes peronistas o de izquierda, los radicales se encontraban en la encrucijada de saber cuál era su “lugar” dentro del espectro social, por un lado los dirigentes se hallaban divididos. Entre quienes colaboraban con el régimen y aquellos que se encontraban en total oposición al mismo. Así por ejemplo, Sergio Karakachoff, fue secuestrado y muerto por estar vinculado a dirigentes y militantes de izquierda, y hasta fue catalogado como “comunista”; días después de la muerte de Karakachoff (11 de septiembre) se produciría el hecho conocido como la “Noche de los Lápices”, en donde estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata serían secuestrados –solo aparecería con vida Pablo Díaz- por la lucha en defensa del boleto estudiantil.

Los alumnos que participaban en los centros de estudiantes, tanto secundarios como los universitarios, comenzaron a desaparecer, muchas veces “entregados” por sus propios compañeros o por docentes adictos al régimen, que además contaban con un sistema disciplinario-represivo que encajaba perfectamente en el engranaje dictatorial dispuesto desde el gobierno, aislando al estudiantado de la realidad social del país e inclusive llegando a sobrepasar las decisiones de los profesores y directivos de los establecimientos, continuamente vigilados desde el Ministerio de Educación.

Una gran parte del estudiantado era rockera en los comienzos de la década del ’70,pero con la llegada de la dictadura se impuso “Fiebre del sábado por la noche”, con la música “disco” ,las canciones de los “Bee Gees” o Donna Summer y, por  supuesto, los pasos y contorneos de John Travolta, todo, en un envase de música enlatada que no expresaba representatividad social alguna como la que (entre otras expresiones) podía tener parte del movimiento del rock nacional que, cada vez más, era desplazado de los medios de difusión y comenzaba un periplo de incipiente clandestinidad, moviéndose por los que se denominarían circuitos “under”; siendo cada vez menos escuchada su música en forma abierta o franca  por los jóvenes, ya que la gran mayoría  había caído en las garras de los medios propagandísticos y de comunicación que continuamente hacían referencia a la nueva pauta “disco”, sin ningún contenido a social o el más mínimo mensaje de identificación juvenil que comenzaba a surgir con mucha fuerza en las discotecas y los antiguamente llamados “asaltos”, que fueron “rebautizados” por la autocensura familiar como “reuniones” (casi siempre realizadas con motivo de algún festejo en especial, en domicilios particulares y bajo la siempre vigilante supervisión de un “mayor responsable”)  y que nucleaba a aquellos adolescentes que hacían sus primeras incursiones nocturnas.

Era el triunfo del régimen sobre la más genuina expresión de los adolescentes que se encontraban sumergidos en una música que no entendían, por su origen inglés, con la cual no se identificaban socialmente y que había sido impuesta por los medios masivos de comunicación en manos del régimen, lo que era otra forma de “desconectarse” de la realidad tal como ,en cierta forma, ocurriera en la década del ’60 cuando la Revolución Argentina facilitaba se impusiera la música de Palito Ortega y el Club del Clan, pero ahora con otro idioma y similar mal gusto musical.

Mientras que los cada vez menos cultores del rock nacional-sin distinguir en su mayoría las distintas vertientes existentes dentro del movimiento rockero, que para entonces hacía sus primeras armas, ya que todavía no había ni siquiera un recambio generacional dentro del ambiente-se manejaban con un perfil bajo, concurriendo a reductos desconocidos, de mala fama, en donde la mayoría de las veces aparecían las “fuerzas del orden” para dar por finalizada abruptamente la “velada rockera”. Entre las preferencias se podían destacar la calidad artística de Charly García, ya sea desde la mítica banda Sui Generis, Serú Giran o La Máquina de Hacer Pájaros; tanto como León Gieco, Vivencia, Vox Dei, Pappo´s Blues, Moris (escuchen la versión de la Marcha de San Lorenzo… antológica) o Pedro y  Pablo, entre otros, siendo moneda corriente el intercambio de “long-Plays” en los colegios, ya que durante los primeros años del régimen eran casi excepcionales la realización de recitales-que se concretarían con mayor regularidad a partir del festival BAROCK’80-, mientras que la imposibilidad de acceder a espacios de expresión masivos, en base a la censura que también “golpeaba” al movimiento rockero y ya entrada  la década del ’80, grupos como “The Police” tocaban en el local de “Cemento”, concitando poca adhesión de público, con el aditamento procesista de prohibir se interpretara el tema emblemático del grupo de Sting: ”Roxanne”; prohibiciones que, justo es decirlo, abarcaban a grupos o bandas como Genesis, Yes, Pink Floyd, Deep Purple o Led Zeppelin.

El nuevo auge del rock nacional que había aparecido para comienzos de los ’80 tuvo su punto culminante en la Guerra de Malvinas, en donde se prohibió la difusión de temas de origen en idioma inglés y con ello comenzó un recambio generacional a nivel musical, con influencia en el “pop” inglés; tales los casos de grupos como Virus, Los Abuelos de la Nada o Soda Stereo, aunque otras bandas ya utilizaban en sus letras variantes que intentaban reflejar una realidad social adversa, como Juan Carlos Baglietto y su banda o el particular estilo de Luca Prodan y su grupo Sumo.

Con los últimos tiempos del régimen, la libertad de expresión -que no era todavía “legal”, ya que recién se levantaría la censura con el gobierno democrático del ‘83- se patentizaba cada vez más en las letras de rock que grupos como Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota o Los Twist, que empezaban a aparecer en los medios y a realizar recitales cada vez más concurridos.

Otra forma de participación y reunión juvenil, eran las que se realizaban en las iglesias para la conformación agrupaciones juveniles que convergían en la organización de las peregrinaciones a pie a Luján, en particular; y que concitaban la adhesión de miles de jóvenes que partían desde Liniers o desde Zárate-Campana que ,creyentes o no, se sumaban a la posibilidad de reunirse, de compartir con sus pares una experiencia que la dictadura normalmente no permitía y que significó que muchos se sumaran a la propuesta de la Iglesia con el objetivo de realizar algún trabajo de base con los necesitados, acorde al ideario que sustentaba sus puntos de vista políticos…

Seguimos en la próxima… ¿les parece?

Cita

(1) Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas; Nunca Más, página 10; Buenos Aires; Eudeba; 1984.