
Entre el empredimiento y el contrato estelar
No terminábamos de conocer a OnlyFans que aparece DivasPlay. A simple vista, parece fácil asociar la primera a un emprendimiento individual, mientras que la segunda pareciera ser la respuesta capitalista y contundente, en la que una empresa entra a un mercado e impone sus propias reglas de juego.
De la iniciativa de la chica de barrio, que trabaja mal pagada en un comercio y rompe el tabú para ganar más dinero, a una movida de capital de riesgo, que contrata caras famosas de la farándula y les paga en dólares. Todo un resumen del manual de negocios más crudo del sistema.

OnlyFans pareció montarse a la necesidad de expresar aquello que Instagram se encaprichaba en censurar. Pero al cabo del tiempo, se terminó convirtiendo en una legítima y jugosa fuente de ingresos. Para mayor interés, la posibilidad de cobrar en dólares las vistas a fotos de pose de baño, alcoba o playa, hace que más de une quiera correr el riesgo (o pagarlo directamente) de que esa actividad se vuelva pública. La estética es idéntica a Twitter y no da mucho indicio de lo que ofrece.

DivasPlay entra a este mercado como lo hacen las empresas que descubren (un poco tarde) un nicho de interés del público. Lo hace contratando a personajes de la farándula, una irresistible fórmula para despertar la curiosidad en los medios, y la inevitable publicidad que eso les acarrea (como esta nota, que obviamente, es gratis).
La visual de la página tiene toda la estética de una web porno (me contaron…) y sus estrellas aparecen en primer lugar. Se podría decir que parece la marquesina de un teatro de revistas, y se aprecia toda gente joven, cuidada, entrenada, y fundamentalmente, con «hábitos alimenticios saludables». Todos.
Flor Peña, Silvina Luna y Silvina Escudero
«Luego de que Instagram la censurara más de una vez, Florencia Peña decidió redoblar la apuesta y se creó un perfil en una app para adultos en la que prometió subir todo lo que en otras redes no puede e invito a sus seguidores a que la acompañen» dice una nota de Teleshow.
Silvina Luna: «Cuando me ofrecieron esto dije ´¿por qué no hacerlo?, Estoy innovando, probando cosas nuevas y volviendo a reconectar con esa sensualidad que está en mí y que me encanta”
Cinthia Fernández: “Los cachets están entre 3 mil y 10 mil dólares mensuales, más comisión. Yo estoy negociando, creémelo. A mí me ofrecieron muy buena plata”.
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