1 junio, 2023

Simplemente Mujeres.

Este artículo nos lo voy a dedicar a nosotras, las MUJERES.

Muchos escriben o hablan sobre nosotras,
lo qué somos, lo qué sentimos, cómo nos vemos, cómo nos movemos entre el mundo publico laboral
y en el mundo privado.


Pero qué decimos nosotras de nosotras mismas, qué sentimos dentro nuestro, en el fondo de
nuestra alma? Misterio para muchos, incluso misterio para nosotras.


Nos damos lugar para preguntarnos ¿Qué queremos, qué sentimos, qué anhelamos, o solo vivimos?


Pasamos los días, las horas, los instantes en función de otros, siempre para el afuera, siempre para
quien nos necesite…¿pero y nosotras? ¿Dónde estamos? ¿Qué queremos? ¿Qué sentimos? Muchas
veces nos pasa que son preguntas que no nos animamos a hacernos porque las respuestas muchas
veces están en el polo opuesto de lo que estamos eligiendo, viviendo o existiendo. No nos las
preguntamos porque no encontramos la manera de resolver y llevar adelante aquello que nuestra
alma nos está pidiendo, suplicando o implorando que hagamos. Nos cuesta lidiar con lo que
debemos, queremos y podemos hacer, y eso nos frustra…y cuando aparece la frustración la pena se
hace más profunda, mas difícil de resolver. Por eso hay determinadas preguntas que no nos
formulamos.


Ahora la cuestión es que pasa con esos anhelos, con esos deseos profundos de SER, de ser simple y
profundamente MUJER, de la forma que cada una elija. Lamento contarles que no se van, ni se
escurren, no desaparecen, ni se esfuman…quedan ahí adentro esperando el momento de salir, de
patear la puerta, de obligarnos a encontrarnos con nosotras mismas. Lo veo mucho en el consultorio
(y en mi misma, por eso me atrevo, si se me permite, a hablar en primera persona) el sufrimietno
de malestares en nosotras (mujeres) que no sabemos bien qué es lo que nos pasa, qué es lo que nos
está molestando o incomodando, pero tenemos claro que algo no anda bien. Y cuando algo no anda
bien adentro, se nota afuera. Andamos perdidas, que nada ni nadie nos conforma, no comemos
bien (por mucho o por poco…según la suerte genética de cada una), no dormimos, nuestros hijos
nos padecen, el trabajo en el mucho público se hace una carga y el trabajo en el mucho privado un
infierno. No pocas veces aparecen trastornos de ansiedad, principios de ataques de pánico, llantos
que no sabemos que los despiertan y demás yerbas.


Detenernos, explorarnos, encontrar el momento de silencio. Silencio, que palabra compleja para
nosotras que nos llenamos de mensajes para no escuchar nuestra alma, pedimos muchas veces
silencio, a nuestros hijos, parejas, amigas, medios de comunicación, pero cuando estamos solas
(cosa casi utópica) buscamos cosas para hacer, para llenar los espacios, para llenar el silencio. El
silencio nos asusta, nos perturba porque nos invita a escucharnos, y escucharnos significa
habilitarnos a ver que hay algo que no anda del todo bien…y si llegamos a descubrir que algo no
funciona no queda otra que hacer algo para cambiarlo, porque eso siempre va a estar ahí
esperándonos, aunque tratemos de esconderlo.


Pero qué problema tomar las riendas de nuestras vidas e intentar modificar nuestra existencia, por
pequeña e insignificante que sea al cambio. Porque eso significa hacer algo para y por
nosotras…cosa que las mujeres de mi generación (al menos) nos ha sido vedado durante años.



La CULPA, creo que es de los sentimientos más espantosos que podemos experimentar, lástima que
es tan frecuente en nosotras. Cuántas explicaciones internas tenernos que darnos para poder
accionar a favor nuestro, cuántas justificaciones necesitamos para dedicarnos un tiempo mínimo
por semana?


Varones, esto no se trata de ir en contra de ustedes, sino de que nos acompañen en este proceso
que a nosotras nos cuesta tanto y que ustedes resuelven de forma más simple. Ayúdennos a
habilitarnos las preguntas, a habilitarnos las respuestas y a permitirnos las vivencias…porque a
nosotras nos cuesta.


Es nuestra responsabilidad ser felices mujeres, al menos intentarlo, probar, equivocarnos, volverlo
a intentar una y otra vez.


Empoderarnos no es ir en contra de un otro, sino ir a favor nuestro…